En un notable texto de síntesis publicado en 1966, en el que se centró en las tensiones entre lo antiguo y lo nuevo en la teoría musical medieval y renacentista, el musicólogo Edward E. Lowinsky afirmó la intencionalidad en la elección de la letra inicial M en el Istituioni Harmoniche, de Gioseffo Zarlino, de 1558. La miniatura que encarna la inicial de la palabra Musica representa al sátiro Marsias hasta el punto de ser desollado por Apolo. Significaría una alusión, por parte de Zarlino, a Nicola Vicentino, en cuyo tratado L'Antica Musica Ridotta alla Moderna Prattica, publicado tres años antes, aparece también un capítulo ilustrado con el mismo tema, abriendo el primer capítulo. El mito del castigo de Marsias que, habiendo desafiado a Apolo en un duelo musical, pierde y es condenado, habría servido a Zarlino, sostiene Lowinsky, como referencia a su oposición teórica con Vicentino: por un lado, la posición apolínea, juiciosa y moderada de Zarlino, ganador de la disputa, y por otro, la soberbia, el maldito exceso de Vicentino. La lectura de Lowinsky es contundente y seductora, sobre todo teniendo en cuenta el carácter telescópico de la hipotética referencia: el uso previo de un capitular similar por Vicentino habría sido a su vez una evocación del episodio de su disputa teórica con Vicente Lusitano, ocurrido en la corte de Oriente, en 1551. La interpretación invita irresistiblemente al intento de explorar otros significados que puedan estar presentes en el programa iconográfico del resto del tratado de Zarlino, que, probablemente editado con su propio cuidado, constituye quizás el referente más teórico de su época. Sin embargo, surgen varios problemas que atañen a las prácticas editoriales de la época y que plantean dudas sobre la elección deliberada o no de las miniaturas que ilustran las letras capitulares. Intentaremos plantear los problemas y variables que intervienen en este tipo de investigación iconográfica, a partir del ejemplo del tratado de Gioseffo Zarlino.