El vocablo Grotesco tuvo su origen en la lengua italiana, derivado de grotta (cueva). El término fue utilizado para denominar objetos ornamentales y pinturas encontradas durante excavaciones hechas en Roma a finales del siglo XV. La sorpresa tomó a los artistas de la época por la presencia de elementos antinaturales que entrelazaban y fundían formas humanas con animales y vegetales. En el Renacimiento, esa deformación inesperada ganó significado lúdico y fantasioso, pero angustiante por caracterizar lo ridículo, lo espeluznante, lo monstruoso. Esta estética extrapoló el arte ornamental alcanzando la literatura y el teatro como vehículo de crítica social, en el que el orden natural de las cosas se puso a las afueras. Esta desarmonía genera no sólo el espanto y la risa cruel, sino también el asco y el horror. Esto es lo que hace del grotesco un tema aún recurrente en las artes y los medios contemporáneos. Las imágenes presentes en esta exposición privilegiaron lo grotesco en el arte figurativo del Renacimiento y Barroco, cuando, de los entrelazamientos inesperados, surgen figuras con instrumentos musicales, además de temas relacionados con la música, la danza y el teatro. Las elecciones fueron hechas consonante a las actividades desarrolladas en la IV Semana de Música Antigua de la UFMG ocurrido en 2013.